Por Datisa, Firma especializada en soluciones ERP para los negocios.
Las pequeñas y medianas empresas no deben renunciar a los objetivos financieros establecidos en un sistema de control de gestión, aunque, eso sí, deberán saber dimensionar adecuadamente esos objetivos y tener siempre en cuenta los recursos disponibles en el momento actual, así como los previstos a medio y largo plazo, para su implementación y control.
Lo cierto es que este tipo de organizaciones deben buscar un sistema de control de gestión basado en la eficacia y que huya del siempre peligroso sobredimensionamiento, y sobre todo que no entorpezca la actividad ordinaria de la empresa.
En ese sentido, para establecer un sistema de control de gestión en empresas de menor tamaño lo ideal es fijar los objetivos de control financiero para cada centro de responsabilidad o departamento y diseñar las herramientas de control para cada uno. En línea con esto, se deberán establecer los mecanismos adecuados de supervisión del sistema de objetivos y herramientas.
Al respecto, es preciso reseñar que, normalmente, este tipo de organizaciones se encuentran con la dificultad añadida de “cuantificar” los objetivos y definir los indicadores, algo que resulta más complicado en unos centros de responsabilidad que en otros. Con seguridad, donde se encuentran más herramientas estándar es en el ámbito financiero: contabilidad analítica, presupuestos contables, presupuestos de tesorería, control de desviaciones, ratios financieros…Todos ellos son recursos de mercado de fácil implantación y medición. Por eso, lo más lógico, será empezar por ahí, y después cada empresa deberá abordar el proyecto de acuerdo a su realidad.
La realidad es que, en términos generales, las pymes que no tienen un sistema de control financiero de gestión adecuado tienen mayores dificultades para controlar responsabilidades y resultados, y pueden comprometer su rentabilidad si no toman las decisiones adecuadas sobre los costes, al margen de que pueden desconocer los riesgos reales que asume el negocio, ya que no dispondrán de información actual sobre su liquidez, por ejemplo. De esa forma, sus responsables tendrán muy poco margen de maniobra, pues no contarán con información actual, veraz y en tiempo real con la que poder trabajar.
Así, las pymes que no apuestan por el control en la gestión se ven obligadas a “confiar” en un único documento como es el de la cuenta de resultados (pérdidas y ganancias) para tomar decisiones estratégicas, pues no dispondrán de otros indicadores complementarios que muestren los resultados de su gestión.