Por José Medina, Presidente de Odgers Berndtson, firma española especializada en búsqueda y selección de personal directivo y en consultoría de dirección (*).
(*) Resumen de su conferencia “Lead your career”, celebrada el pasado mes de junio en el campus de Madrid de Schiller Internacional University.
Actualmente existen dos tipos de personas: los que dirigen su propia carrera y a los que se la dirigen. Sin embargo, es cada uno mismo quien debe gestionar y no delegar la dirección de su trayectoria profesional; o lo que es lo mismo: debemos ocupar el asiento del conductor y no el del copiloto.
Por otra parte, ante una situación de toma de decisiones, se suele optar por dos opciones. La primera es la denominada efecto Garfield: “Creo que debería aprender un nuevo deporte; creo que me gustaría desarrollar un nuevo hobby… bueno, mejor seguir aburrido, que es lo más cómodo”. Por su parte, la segunda es la actitud Snoopy: “En contraposición a Garfield, Snoopy es el señor intrépido: toma decisiones y, aunque no sabe cuál es su destino en la vida, es feliz”. Y es que hay que tener en cuenta que el trabajo no debe ser percibido sólo como una forma de ganarse la vida, ya que el trabajo en sí tiene mucha importancia y está relacionado con lo que llamamos felicidad o éxito.
En cualquier caso, en la trayectoria profesional de muchas personas se suceden constantemente cuatro fases relacionadas con el nivel de motivación y satisfacción y que, además, son claramente comparables con las cuatro estaciones del año: compromiso (primavera), consolidación (verano), complacencia (otoño) y decadencia (invierno). Para no entrar en la zona de la desmotivación y no caer en la complacencia y en la decadencia, es preciso reinventarse y cambiar.
En cuanto al “Principio de Peter”, que sostiene que en una jerarquía todo profesional tiende a ascender hasta alcanzar su nivel de incompetencia, hay que enunciar ahora el “Principio de Peter Revisado”. Y es que el momento de estancamiento es el ideal para preguntarse por qué hay que cambiar y no conformarse por miedo al riesgo y a la libertad. De modo que todo profesional que asciende en la empresa, si tiene talento, cambia antes de estancarse y de alcanzar su nivel de incompetencia.
Mientras, los que están en búsqueda de empleo deben tener en cuenta una serie de aspectos en la elaboración y difusión programada del currículum. En ese sentido, debe preparase un currículum para cada puesto, y no mandar el mismo a todas partes, pues el objetivo final es generar una entrevista, al igual que el objetivo último de la entrevista es conseguir el puesto de trabajo. De ahí que, de cara a la misma, haya que tener en cuenta que habitualmente se producen errores comunes que el entrevistado puede controlar, ya que dependen directamente de él, como son acudir a la cita con una actitud agradable y conciliadora, no desatender el aspecto físico y el resto de hábitos personales y prepararse previamente buscando datos sobre la compañía, sobre quién va a ser el entrevistador y cuánto tiempo va a concederte, así como prepararse para formular buenas preguntas.
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