Por Datisa, Firma especializada en soluciones de gestión empresarial para pymes.
Ser más rápidos, más eficientes y hacer las cosas de un modo más sencillo son los indispensables de un ERP para los usuarios de estos aplicativos en las pequeñas y medianas empresas. En cualquier caso, a estos requerimientos básicos es preciso además sumar otras peticiones adicionales que pasan por un interfaz intuitivo, una estructura sencilla y una contribución real a los procesos de negocio en los que interviene.
En esa línea, lo cierto es que hay cuatro elementos que, según los propios usuarios de los sistemas de gestión empresarial en las pymes, son imprescindibles:
– Principio de utilidad. No siempre resulta fácil trasladar la utilidad real a los usuarios, y éstos lo perciben así, por lo que uno de sus principales requisitos pasa precisamente por demostrar su utilidad para la gestión. El sistema debe presentar, además, una estructura de la información realmente útil que permita al usuario clasificar la información de manera adecuada, realizar búsquedas rápidas y sencillas (si es posible, también de contenidos no estructurados) y permitir la integración y reutilización de datos provenientes de otras fuentes distintas del ERP, por ejemplo, de proveedores o de clientes.
– Filosofía de fluidez. Hay que hacer que los procesos fluyan, y esa fluidez debe ser lo suficientemente evidente como para que los usuarios la perciban. Se buscan entornos de colaboración que permitan compartir información y también sincronizar las tareas y actividades entre los distintos usuarios.
– Máxima de adaptación. Se valora positivamente las opciones de autonomía y “customización” dentro de la estandarización. El usuario quiere, dentro de una metodología estructurada en el propio sistema, poder priorizar la importancia de sus tareas y establecer así las alertas que necesite para cumplimentar los procesos en tiempo y forma. Es evidente que buscará la adaptación del sistema a otros dispositivos más allá del PC para poder trabajar fuera de su entorno habitual.
– Fórmula de flexibilidad y elasticidad. Los usuarios (y más en estos momentos en los que todo es cambiante y efímero) se sienten más cómodos con modelos en los que la flexibilidad no sea un plus, sino más bien parte de la esencia del propio sistema. Es decir, flexibilidad para aumentar o reducir funcionalidades, para implementar y usar el programa, para intercambiar la información. Flexibilidad, en definitiva, para hacer lo que necesite en el momento en el que considere oportuno y de la manera que más le guste.