Por Judit Catalá, Formadora y asesora en desarrollo de negocios.
Que las crisis constituyen oportunidades es algo que todo emprendedor ha escuchado alguna vez, y ahora el mensaje prolifera como un mantra.
Lo cierto es que, en una situación de incertidumbre como ésta y en un ecosistema empresarial como el español, donde solo el 29% de las pymes sobreviven al quinto año de vida, según la OCDE, la situación resulta por lo menos inquietante. No obstante, es una realidad que algunas empresas y sectores salen fortalecidos de coyunturas económicas difíciles, como ocurrió en 2008 con el comercio electrónico y el desarrollo de apps. De hecho, se dice que todo empresario de éxito ha sido capaz de superar por lo menos una crisis a lo largo su trayectoria, y la que viene va a ser una de ellas para el 99,88% de las empresas españolas, que son pymes.
Por ello, y dado que los emprendedores van a tener que afrontar dificultades ya actualmente o en los tiempos que vienen, lo mejor que pueden hacer ahora es prepararse para encarar el desafío de la mejor manera posible. Y en ese sentido, todo empieza con la mentalidad, y hay que pasar de una pesimista a una de acción. Además, reconocer la situación presente es el primer paso ineludible, y a partir de ahí es necesario dejar el miedo a un lado y adoptar la mentalidad adecuada. Después tocará analizar y establecer un plan estratégico para finalmente comenzar a actuar. Sí, planificar acciones en tiempos de incertidumbre es complicado, y desde luego la predisposición ante este tipo de trances es fundamental. Da igual si ahora ha caído tu facturación, si estás acumulando stock o si no estás vendiendo nada. Y los puntos a no olvidar son:
- Mentalidad
El primer paso para que los negocios sobrevivan e incluso puedan salir fortalecidos de la coyuntura económica complicada es evitar enfocarse en pensamientos negativos y catastróficos, y tratar de ver las oportunidades. Para ello, no cabe quedarse de brazos cruzados y esperar a que pase la tempestad, sino que hoy mismo se debe empezar a buscar la oportunidad.
- Diversificar
Es posible que nuestro modelo de negocio deje de funcionar, con o sin crisis, como también lo es que salga reforzado de ella y en el futuro sobrepase las propias expectativas. Pero propiciar un desarrollo positivo pasa indefectiblemente por hacer cosas nuevas o, si se hace lo mismo, que sea de forma diferente. En definitiva, se trata de no aferrarse a lo que tenías antes, pues todo está cambiando a una velocidad enorme y hay que evolucionar hacia nuevos modelos de negocio acordes con los tiempos que nos van a tocar vivir. Tienes que dedicar tiempo a prever hasta el peor de los escenarios.
- Recursos
Contabilizar los recursos disponibles en este momento forma parte del “abecé” de todo viraje empresarial: qué tengo, de cuánto dinero dispongo, cuáles son mis posibilidades para obtener un crédito, qué ayudas que está dando la Administración, etcétera. Y así, con los números cuadrados, queda establecida la base sobre la que trabajar a continuación.
- Visión
Retirar la mirada de lo inmediato y ponerla en el futuro también ayuda a evitar el descalabro. El cortoplacismo no es válido y lo recomendable es pensar en el medio y largo plazo y accionar ahora, porque si tienes clara tu visión y tu misión, aunque cometas algunas equivocaciones, te estarás acercando a ello.
- Flexibilidad
Con todo lo anterior, para saber cuál es el primer paso a dar es recomendable planificar con antelación todas las situaciones que puedan darse, estableciendo planes de acción adaptados a cada una de ellas. Yo he creado ya mis planes a, b, c, d y e. Empiezo por el a, que es el menos drástico, y si no funciona, paso al b, y así sucesivamente. Eso sí, tienes que dedicar un tiempo a prever hasta el peor de los escenarios.
- Clientes
Finalmente, hay que tener en cuenta que el mayor problema se encuentra en que, aunque las circunstancias cambian, muchos siguen haciendo lo mismo y se olvidan incluso de la búsqueda activa de clientes, por miedo y por no salir de la zona de confort. Pero la realidad es que la captación de clientes va a ser a partir de ahora el gran objetivo, porque la sequía ya está aquí.
En definitiva, que ante cada crisis que afronta el emprendedor, existe una oportunidad de crecer y un riesgo de desaparecer. Y la diferencia entre un resultado y el otro está en la estrategia que se implementa y en cómo se adapta el negocio a las nuevas circunstancias.