Por Miguel Quintanilla, CEO de Grupoidex, Consultoría de comunicación.
Aunque hace unos cuantos meses era difícil prever una situación así, lo cierto es que la pandemia que estamos sufriendo a nivel global ha hecho temblar de uno u otro modo la rutina de cada una de las personas de este planeta.
Así, las implicaciones humanas, sociales y económicas de esta situación extrema aún están por evaluar y cuantificar. Pero ninguno de nosotros deberíamos ser ajenos a ellas. Y las marcas, probablemente menos que nadie. Que una marca sea valiosa y relevante depende en gran medida de su capacidad de reacción a la realidad y las circunstancias que la rodean, por complejas que éstas sean.
En ese sentido, su comunicación forma, sin duda, una parte indispensable de esa capacidad de reacción, porque es la ventana a través de la cual puede modularse la percepción que los distintos públicos tienen de ella. La voz que la sitúa y la posiciona en un escenario inusualmente volátil (el que está dibujando en estos momentos el Covid-19).
Esta voz necesita ser cosas muy distintas para cada uno de sus públicos: transmitir serenidad y comprensión a los empleados; liderazgo a los clientes; apoyo a sus proveedores y colaboradores; confianza a potenciales socios… Pero, sobre todo, precisa elevar y comunicar más que nunca el propósito de la marca, su razón de ser y su espacio en un mercado y una sociedad que, en muchos aspectos, va a cambiar para siempre tras estos meses.
La realidad es que el Covid-19 ha traído consigo incertidumbre, miedo. Pero también la oportunidad de hacer aún más evidente el valor humano de las marcas; su capacidad de reorientar sus objetivos de negocio y ponerlos al servicio de una sociedad, que las va a necesitar quizá más que nunca.
No es el momento de que las marcas callen. Al contrario: deben hacerse escuchar más que nunca. Y deben hacerlo a través de la acción, la empatía y la cooperación, liderando proyectos que, progresivamente, confirmen su condición de motor social y referente a la hora de dejar atrás cuanto antes los efectos de esta pandemia. Y, por complejo que parezca, llegar a cumplir este objetivo es una cuestión de liderazgo y cultura corporativa, nada más.
Desde luego, aquellas marcas que estén en primera línea, llevando a cabo acciones responsables y liderando la comunicación saldrán reforzadas de esta crisis. Y aquellas compañías que vayan un paso por delante y aprovechen ahora para preparar sus planes de comunicación y acción post-coronavirus serán las referentes que liderarán el cambio.